EL PENSAMIENTO

El planeta y la biodiversidad que nos da vida se encuentran en crisis, y los humanos (su principal amenaza), cada vez más alienados y fragmentados vemos lejana la idea de volvernos una especie unificada bajo el objetivo de regenerar el soporte biológico perdido.

Ante el cambio climático y el inminente colapso de los (insostenibles) sistemas de producción y distribución, necesitamos urgentemente pensar en la adaptación. A corto plazo disminuir nuestra dependencia y vulnerabilidad. La autosuficiencia y la autogestión, así como el soporte comunitario se presentan como un camino a explorar en la búsqueda de un nuevo modelo de desarrollo compartido y consensuado.

Necesitamos recorrerlo reforzando los vínculos humanos y ecosistémicos bajo un pensamiento de circularidad y economización.

Lograrlo requiere el ejercicio permanente del pensamiento y exige la acción constante del hacer, para ensayar nuevas formas de habitar el planeta; de producir, de construir, de gestionar, de encontrarse. La experimentación debe apuntar a soluciones aplicables, replicables, adaptables.

El espíritu que requiere es el del aprendizaje constante, de probar una y otra vez, de intentarlo, de aceptar el fracaso como parte necesaria y fundamental del proceso… Solo para volver a aprender e intentar y probar nuevas y mejores posibilidades. Hacerlo en sociedad (en humanidad) es la norma en un mundo globalizado como este.. Buscando la igualdad, no más unos sobre otros, nunca más dejando a nadie atrás. Luchar por la democratización del conocimiento y las oportunidades. Alcanzar el propósito, solo es posible cuando una visión nos unifique, de la biodiversidad en el lugar central, como objetivo común, como objetivo unificador, como el origen y soporte de vida y felicidad.